martes, 11 de diciembre de 2012

Rolando Soto


Nanotecnología y ética: El impacto de las unidades mínimas del conocimiento en el metarelato perdido de occidente

                                                                                                                   Rolando Soto,
                                                                                                                   primavera de 2012

                                                                                                                              
Desde el ágora del siglo XXI: deambulando, conversando, haciendo escuela desde encuentros en aula y de la plaza virtual de la red


“Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro [pero no descuides la lectura del presente en ese ejercicio]”               
                                                                                                         (Confucio, 479-510 A.C.)

Como alumno del curso transparencia y democracia, junto con un grupo de trabajo de alrededor de seis alumnos y la guía dinámica e informada de nuestro profesor Rainer, me he visto envuelto, abrazado y empujado por aquella fuerza que los protestantes dicen que mueve montañas, y que ellos llaman fe, que los teóricos de la emergencia llamarían “complejidad organizada”, y que un  convencido de las explicaciones semióticas de la cultura como yo, llamaría programas, recetas o “estructuras de significación socialmente establecidas” socialmente establecidos que encuentran explicaciones en su particularidad contextual, esto es, en el sentido común del grupo en que se reproducen, como diría Geertz, que constituyen su propia cultura. Esta fuerza no es otra sino la que generan las epifanías o revelaciones, que por cierto figuran en el panorama del globo desde tiempos inmemoriales entre antiguos pueblos primitivos alimentando los imaginarios de “magia” o, por ejemplo, “brujería” entre los Azande, y que en la actualidad nos acompañan desde renovadas formas, de la mano de diversas creencias / convenciones que las sostienen.

Así las cosas, la deriva estocástica y la emergencia como premisas y “hallazgos” del curso, nos han conducido a un punto crucial, un punto de inflexión y contingencia, con grandes perspectivas de cara al futuro, que irremediablemente demandan, como aditivo, un enfoque diacrónico para su comprensión concienzuda y seria.

Dos revoluciones, la máquina del mundo cartesiana y la pérdida de la moral orgánica
                                                                  I

No es fortuito que dos de las grandes revoluciones de occidente estén espaciadas por poco más de un siglo. Sin duda las relaciones que la ciencia entendida en términos modernos (mecanicista, siglos XVI y XVII) por contraposición a la ciencia medieval (orgánica, antes de 1500) estableció con el entorno, operó cambios sustanciales en la cosmovisión de occidente. La adopción de una reflexiva y renovada visión de mundo hacia el siglo XVII, con siderales expectativas y ferviente fe en los métodos de la ciencia, explica en gran medida la posibilidad de cambios culturales y sociales que en los siglos posteriores se vivieron, y el reconocimiento como “revolución científica” que dicho cambio paradigmático tuvo; de la comprensión de la tierra en términos orgánicos, como una madre acogedora que nos ofrecía sus bondades durante la edad media, a la visión de una máquina susceptible de ser explotada y despojada de sus recursos mediante los procedimientos de la ciencia.

Así, la revolución científica catalizada en las propuestas de Descartes (hubieron grandes teóricos a la base de sus ideas como Copérnico y su teoría heliocéntrica y “el padre de la ciencia”, Galileo) allanó el camino para una visión diferente del entorno y, por cierto, de las posibilidades del hombre aliado con la ciencia, aunque siempre con la motivación moral de la búsqueda de las leyes que rigen el universo, verdades o axiomas que a través de los métodos de la ciencia podían ser develados en el estudio de todo tipo de mecanismos (esto es, desde seres vivos hasta el universo mismo), en una particular amalgama científico-religiosa, todo el delirio de una época producto de una revelación o epifanía, que encontraba en estas formas mixtas una válvula para reducir la presión; el escandaloso matricidio; la perdida de la moral hacia la madre orgánica.

La revolución industrial en sus albores, un siglo más tarde, no venía sino a poner en práctica los principios esbozados durante la revolución que la antecedió. Ante la pérdida de la moral orgánica, la emergencia y adaptación del paradigma positivista emprendió una marcha segura y firme, difícilmente cuestionada incluso en nuestros días.
Las demandas sociales de todo un siglo, expresadas académicamente en la figura de Marx y su obra, aparecen como respuesta a la ausencia de un fundamento ético o moral que asegurara, al menos, algunas condiciones mínimas de vida para la gran masa de trabajadores que conoció el siglo XIX, sin precedentes en la historia de occidente.

Así como los postulados de Marx, otras corrientes de pensamiento irrumpen en el panorama, identificando la necesidad de regulación de la arremetida industrial que cala hondo en el ser humano y le imprime un sello particular al modo de vida, sentido común, cultura y sociedad. Me refiero a la iniciativa clerical que reconoce y manifiesta las reivindicaciones a la base de “la cuestión social”. La encíclica Rerum Novarum, hacia fines del siglo XIX, es un antecedente a mi juicio notable respecto del estado de ebullición en que la sociedad total se encontraba, a propósito de las directrices que el modelo socioeconómico del capitalismo imprimía al devenir de occidente. No es menor que la necesidad de la recuperación o el establecimiento de normas morales (católicas) o ética (secular) fuera una necesidad total de la sociedad en éste contexto.

Con este marco temporal y espacial de referencia como telón de fondo, que da cuenta del acelerado desarrollo de la industria y la expansión de occidente desde el paradigma mecanicista, así como su impacto en el componente humano (entendido en términos antropológicos, esto es, holístico, complejo), con la fuerza y masividad que solo el capitalismo ha logrado concertar en un gran movimiento sociocultural, resulta clave para entender cuestiones como las abordadas en el curso, respecto de transparencia de los gobiernos, participación ciudadana, esto en relación con lo que se podría desprender del análisis de las irregularidades en democracia, aún con los derechos humanos instalados en el imaginario social, así como con una necesidad de avance respecto de la regulación de privados, asociado con el componente ético del que se ha hablado durante más de dos siglos.

Es precisamente en este punto donde el impacto de la nanotecnología se visualiza como un inminente cambio paradigmático, de similares dimensiones a las del giro heliocéntrico tres o cuatro siglos atrás. Una nueva trasgresión a la moral (haciendo un parangón con el matricidio reportado unas líneas arriba) y ética moderna de los tan cacareados “derechos humanos”. En un período donde las nuevas tecnologías vulneran los derechos humanos con la impunidad de un guerra sangrienta por el petróleo, las redes de comunicación masivas sirven como unidades de monitoreo y acción contra civiles, las nanotecnologías circulan impunes en el mercado de bienes a nivel global sin ningún tipo de regulación, indiferentes (indolentes, irresponsables ensañados) los gobiernos y la ciudadanía en general, donde desde las cúpulas científicas, auspiciados por mecenas del siglo XXI, científicos embotados en su pragmatismo surreal piensan, sueñan, desarrollan y practican nuevas formas de vida; fina sangre modificados genéticamente; nano-hombres modificados para reducir impacto ambiental (tal vez se trata de una vuelta a la conciencia orgánica de la edad media)        


                      Interpelación y respuesta. Caso ministerio de economía y turismo

                                                                        II

A continuación presento el ejercicio práctico realizado en el marco del curso de interpelación al gobierno mediante el mecanismo de transparencia que nuestras autoridades han dispuesto como vínculo virtual con el grueso de la ciudadanía.

1) Con fecha 11 de Octubre de 2012 envié las siguientes preguntas a través del sistema de consultas online del programa Gobierno transparente:

1. ¿Cuál es la aplicación práctica que tiene la nanotecnología y la biotecnología en este servicio público?

2. ¿Cuál es su marco regulatorio, y en caso de que no esté contemplado, qué medidas se han tomado para prever esto?

Solicitud Nº AH001W-0000496






2) Luego, el día 12 de Octubre de 2012, a propósito de la lectura de algunas recomendaciones comunicadas a través de mails entre alumnos y profesor, envié las siguientes preguntas:

Solicitud Nº AH001W-0000500

  

Como respuesta a ambas solicitudes (hicieron llegar solo una respuesta doble, para ambas solicitudes) recibí el siguiente mensaje el día 19 de Octubre:
 ....


Alcances respecto del caso:

Ambas solicitudes fueron respondidas al cabo de 5 días hábiles, así como derivadas. Nunca recibí respuesta del nuevo destinatario.

  
II. Interpelación y respuesta. Caso ministerio de minería.

1)

Alcances respecto del caso:

La solicitud fue respondida al cabo de 20 días.

2)

Alcances respecto del caso:
La solicitud fue respondida al cabo de 18 días.

La solicitud fue derivada a organismos presuntos “competentes” en esta materia. A la fecha no he recibido respuesta alguna.


Nuevos antecedentes: El lunes 26 de noviembre recibí el siguiente documento como respuesta a la solicitud derivada el día 12 del mismo mes:








3) Alcances finales respecto del ejercicio práctico de interpelación.

La transparencia pública o del aparato estatal entendida como el flujo de información ágil y sin elementos obstaculizadores con la ciudadanía constituye un ideal de nuestras sociedades y el paradigma democrático, resulta alentador y deseable.

Durante el ejercicio práctico de interpelación a dos carteras del gobierno me aproximé con nobles intenciones, confiando en las loables normas que regulan este sistema. El ejercicio constituyó una experiencia satisfactoria en cierta medida (expectativas), digo en cierta medida porque las preguntas llegaron y fueron respondidas en los plazos establecidos por la ley (en algunos casos en muy pocos días de acuerdo a la norma), con nombres, firmas y timbres personales que entregan la confianza de saber con quién se establece el vínculo fugaz.
Lamentablemente el sistema es defectuoso en otros varios sentidos, por ejemplo, esgrime un concepto de transparencia y para poder acceder a él es preciso ingresar una serie de datos (en la ley no hacen alusión a un sistema de identificación para interactuar con el gobierno) que exceden la mera identificación nominal del locutor y que sitúan a éste en una situación de información desventajosa (además de la posibilidad de vulneración de privacidad que el sistema introduce como casillas voluntarias de datos por completar) respecto de quienes revisan las solicitudes e inician, cuando el caso lo amerita, la cadena de “derivaciones” de solicitud, así como también de las manos invisibles para quien envía la solicitud en que el documento pueda terminar.
Además incurre en un sesgo cognitivo que asume la familiaridad de los usuarios con plataformas virtuales como éstas. En teoría el sistema está hecho para la participación de todos los ciudadanos, pero no se considera el hecho de que no necesariamente todos los ciudadanos manejan los conocimientos necesarios para interactuar con el sitio (que además está sobrecargado de información que distrae muchas veces) o más aún, que no todos tienen acceso a la web (o a una computadora)

Finalmente, un sistema que deriva solicitudes y que se extravían en esa deriva, como es el caso de mis solicitudes, es bastante deficiente, poco serio, irresponsable y vergonzoso.   

Debo mencionar que recibí una respuesta respecto de las solicitudes derivadas en el ministerio de minería. Se aprecia un esfuerzo por parecer competentes en la materia, para finalmente sugerir la deriva de la solicitud al CIMM.

                         Nanoescala y emergencia, una relación de complejidad organizada
                                                                             III

Me gustaría cerrar este ensayo – informe con una modesta reflexión respecto de dos conceptos revisados en el curso y relacionados entre sí por una relación de complejidad organizada. Así como con un avance que tiene el mérito de intentar hacer “conversar” disciplinas o ciencias, presentando algunas conexiones teóricas desde las ciencias sociales con los fenómenos de la nanociencia.

En la nanoescala toman curso resultados diferentes a los que rigen el mundo que podemos percibir y desde el que recreamos nuestra existencia como especie. Una cita de uno de los blog revisados en el curso es reveladora en éste sentido:

“Para comprender los alcances y el potencial de la nanotecnología es clave saber que en la nano escala (por debajo de los 100 nanómetros) las propiedades de un material cambian drásticamente. A esos cambios inesperados se les llama “efectos cuánticos”. Al reducir el tamaño sin cambiar la sustancia, los materiales
presentan nuevas propiedades como conductividad eléctrica, elasticidad, mayor resistencia, cambio de color y mayor reactividad —características que las mismas sustancias no presentan en escalas mayores (micro o macro). Por ejemplo:
El carbono en la forma de grafito (como en los lápices) es muy suave y maleable, pero en la nano escala puede ser más fuerte que el acero y seis veces más ligero.
El óxido de zinc generalmente aparece blanco y opaco, pero en la nano escala se vuelve transparente.
El aluminio — del que están hechos los envases de varias bebidas— presenta combustión espontánea en la nano escala y por eso podría usarse como combustible para los cohetes.”[1]

Es interesante notar cómo los fenómenos reportados por la nanoinvestigación articulan de forma perfecta con los fenómenos sociales y culturales que vivimos en la cotidianidad y que podemos observar en retrospectiva al revisar libros, crónicas y descripciones de ciudades por ejemplo, en términos de sistemas emergentes de complejidad organizada, parafraseando a Steven Jonson, eso que le es común a “ciudades, culturas, neuronas y nanoescala”

Así como la creación de los barrios, la recreación de una sociedad (que incluye el significar barrios, entre otras cosas) implica procesos de recurrencia en el tiempo, en términos de Giddens, recursividad de los fenómenos recurrentes, que permiten la estructuración de una sociedad al tiempo explican y reconocen la importancia individual de las decisiones de las células que movilizan estos procesos, es decir, los agentes (se le restituye a las personas su capacidad de agencia mutilada por la teoría social del siglo XX, como el estructuralismo; no son meros receptáculos de la cultura, sino que también en su conjunto son reproductores de renovadas formas o patrones más o menos estables que en su relación constituyen un sistema sociocultural) Al igual que en el caso de la colonia de hormigas granívoras o las prácticas homosexuales recurrentes en Oxford Road reportadas por Steven, la teoría de la estructuración o agencia ofrece un paradigma que reconoce en las células que articulan el sistema y su actuar en conjunto la emergencia de una complejidad organizada, donde la fuerza de gravedad de la cultura, entendida en términos geertzianos como “estructuras de significación socialmente establecidas”, mantiene los niveles socioculturales de entropía dentro de los rangos normales en una campana de Gauss; el sentido común local a la base de un modo de vida local en una relación de influencia recíproca.

Finalmente los fenómenos que ocurren en la nanoescala, así como los que ocurren en la cultura y sociedad, están conectados por una misma relación compleja, que es la de complejidad organizada; mientras el carbono es rígido y resistente en la nanoescala, en la forma de grafito (como en lápices) resulta maleable; mientras Oxford Road significaba un lugar de encuentros homosexuales que respondían a prácticas recurrentes, informales e incubiertas, con el paso del tiempo fue concebido y significado, establecido formalmente, como un lugar  asociado a la habitación y encuentros de tipo homosexual.   





                                                                    Fuentes
                                                                        III.

Bibliografía

- Bohanan, Paul y Glazer, Mark (1993) Antropología. Lecturas. Segunda edición. Madrid, España.
- Capra, Fritjof (1992) El punto crucial. Editorial y estaciones, Argentina.

- Geertz, Clifford (1994). Conocimiento local Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Ediciones PAIDOS, Barcelona.

- Geertz, Clifford (2003) La interpretación de las culturas. Editorial Gedisa, Barcelona.
- Giddens, Anthony (1998). La constitución de la sociedad: bases para la teoría de la estructuración.  Amorrotou Editores, Argentina.
- Harris, Marvin (1997) El desarrollo de la teoría antropológica. México. Siglo XXI editores.
- Johnson, Steven (2001) Sistemas emergentes. O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software.

Webgrafía

-          http://www.nexusnoon.blogspot.com/
-          Para revisión de ley de transparencia: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=241331
-          Para revisión de productos desarrollados con nanotecnología: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0188-45572009000200007&script=sci_arttext
-          Para revisión de antecedentes respecto de las relaciones laborales y el concepto de “trabajo” durante la revolución industrial: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68512009000100004&lang=pt





[1]Disponible en:  http://www.tecnologiasemergentes.blogspot.com/2006_09_01_archive.html

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