Nanotecnología y ética: El impacto de las
unidades mínimas del conocimiento en el metarelato perdido de occidente
Rolando Soto,
primavera
de 2012
Desde el ágora del siglo XXI: deambulando,
conversando, haciendo escuela desde encuentros en aula y de la plaza virtual de
la red
“Estudia el
pasado si quieres pronosticar el futuro [pero no descuides la lectura del
presente en ese ejercicio]”
(Confucio, 479-510 A .C.)
Como alumno del
curso transparencia y democracia, junto con un grupo de trabajo de alrededor de
seis alumnos y la guía dinámica e informada de nuestro profesor Rainer, me he
visto envuelto, abrazado y empujado por aquella fuerza que los protestantes
dicen que mueve montañas, y que ellos llaman fe, que los teóricos de la
emergencia llamarían “complejidad organizada”, y que un convencido de las explicaciones semióticas de
la cultura como yo, llamaría programas, recetas o “estructuras de significación
socialmente establecidas” socialmente establecidos que encuentran explicaciones
en su particularidad contextual, esto es, en el sentido común del grupo en que
se reproducen, como diría Geertz, que constituyen su propia cultura. Esta
fuerza no es otra sino la que generan las epifanías o revelaciones, que por
cierto figuran en el panorama del globo desde tiempos inmemoriales entre antiguos
pueblos primitivos alimentando los imaginarios de “magia” o, por ejemplo,
“brujería” entre los Azande, y que en la actualidad nos acompañan desde
renovadas formas, de la mano de diversas creencias / convenciones que las
sostienen.
Así las cosas,
la deriva estocástica y la emergencia como premisas y “hallazgos” del curso,
nos han conducido a un punto crucial, un punto de inflexión y contingencia, con
grandes perspectivas de cara al futuro, que irremediablemente demandan, como
aditivo, un enfoque diacrónico para su comprensión concienzuda y seria.
Dos
revoluciones, la máquina del mundo cartesiana y la pérdida de la moral orgánica
I
No es fortuito que dos de las grandes
revoluciones de occidente estén espaciadas por poco más de un siglo. Sin duda
las relaciones que la ciencia entendida en términos modernos (mecanicista,
siglos XVI y XVII) por contraposición a la ciencia medieval (orgánica, antes de
1500) estableció con el entorno, operó cambios sustanciales en la cosmovisión
de occidente. La adopción de una reflexiva y renovada visión de mundo hacia el
siglo XVII, con siderales expectativas y ferviente fe en los métodos de la
ciencia, explica en gran medida la posibilidad de cambios culturales y sociales
que en los siglos posteriores se vivieron, y el reconocimiento como “revolución
científica” que dicho cambio paradigmático tuvo; de la comprensión de la tierra
en términos orgánicos, como una madre acogedora que nos ofrecía sus bondades
durante la edad media, a la visión de una máquina susceptible de ser explotada
y despojada de sus recursos mediante los procedimientos de la ciencia.
Así, la revolución científica catalizada
en las propuestas de Descartes (hubieron grandes teóricos a la base de sus
ideas como Copérnico y su teoría heliocéntrica y “el padre de la ciencia”,
Galileo) allanó el camino para una visión diferente del entorno y, por cierto,
de las posibilidades del hombre aliado con la ciencia, aunque siempre con la
motivación moral de la búsqueda de las leyes que rigen el universo, verdades o
axiomas que a través de los métodos de la ciencia podían ser develados en el
estudio de todo tipo de mecanismos (esto es, desde seres vivos hasta el
universo mismo), en una particular amalgama científico-religiosa, todo el
delirio de una época producto de una revelación o epifanía, que encontraba en
estas formas mixtas una válvula para reducir la presión; el escandaloso
matricidio; la perdida de la moral hacia la madre orgánica.
La revolución industrial en sus albores,
un siglo más tarde, no venía sino a poner en práctica los principios esbozados
durante la revolución que la antecedió. Ante la pérdida de la moral orgánica,
la emergencia y adaptación del paradigma positivista emprendió una marcha segura
y firme, difícilmente cuestionada incluso en nuestros días.
Las demandas sociales de todo un siglo,
expresadas académicamente en la figura de Marx y su obra, aparecen como
respuesta a la ausencia de un fundamento ético o moral que asegurara, al menos,
algunas condiciones mínimas de vida para la gran masa de trabajadores que
conoció el siglo XIX, sin precedentes en la historia de occidente.
Así como los postulados de Marx, otras
corrientes de pensamiento irrumpen en el panorama, identificando la necesidad
de regulación de la arremetida industrial que cala hondo en el ser humano y le
imprime un sello particular al modo de vida, sentido común, cultura y sociedad.
Me refiero a la iniciativa clerical que reconoce y manifiesta las
reivindicaciones a la base de “la cuestión social”. La encíclica Rerum Novarum,
hacia fines del siglo XIX, es un antecedente a mi juicio notable respecto del
estado de ebullición en que la sociedad total se encontraba, a propósito de las
directrices que el modelo socioeconómico del capitalismo imprimía al devenir de
occidente. No es menor que la necesidad de la recuperación o el establecimiento
de normas morales (católicas) o ética (secular) fuera una necesidad total de la
sociedad en éste contexto.
Con este marco temporal y espacial de
referencia como telón de fondo, que da cuenta del acelerado desarrollo de la
industria y la expansión de occidente desde el paradigma mecanicista, así como
su impacto en el componente humano (entendido en términos antropológicos, esto
es, holístico, complejo), con la fuerza y masividad que solo el capitalismo ha
logrado concertar en un gran movimiento sociocultural, resulta clave para
entender cuestiones como las abordadas en el curso, respecto de transparencia
de los gobiernos, participación ciudadana, esto en relación con lo que se
podría desprender del análisis de las irregularidades en democracia, aún con
los derechos humanos instalados en el imaginario social, así como con una
necesidad de avance respecto de la regulación de privados, asociado con el
componente ético del que se ha hablado durante más de dos siglos.
Es precisamente en este punto donde el
impacto de la nanotecnología se visualiza como un inminente cambio
paradigmático, de similares dimensiones a las del giro heliocéntrico tres o
cuatro siglos atrás. Una nueva trasgresión a la moral (haciendo un parangón con
el matricidio reportado unas líneas arriba) y ética moderna de los tan
cacareados “derechos humanos”. En un período donde las nuevas tecnologías
vulneran los derechos humanos con la impunidad de un guerra sangrienta por el
petróleo, las redes de comunicación masivas sirven como unidades de monitoreo y
acción contra civiles, las nanotecnologías circulan impunes en el mercado de
bienes a nivel global sin ningún tipo de regulación, indiferentes (indolentes,
irresponsables ensañados) los gobiernos y la ciudadanía en general, donde desde
las cúpulas científicas, auspiciados por mecenas del siglo XXI, científicos
embotados en su pragmatismo surreal piensan, sueñan, desarrollan y practican
nuevas formas de vida; fina sangre modificados genéticamente; nano-hombres modificados
para reducir impacto ambiental (tal vez se trata de una vuelta a la conciencia
orgánica de la edad media)
Interpelación
y respuesta. Caso ministerio de economía y turismo
II
A continuación
presento el ejercicio práctico realizado en el marco del curso de interpelación
al gobierno mediante el mecanismo de transparencia que nuestras autoridades han
dispuesto como vínculo virtual con el grueso de la ciudadanía.
1) Con fecha 11 de Octubre de
2012 envié las siguientes preguntas a través del sistema de consultas online
del programa Gobierno transparente:
1. ¿Cuál es la aplicación práctica que tiene la
nanotecnología y la biotecnología en este servicio público?
2. ¿Cuál es su marco regulatorio, y en caso de que no esté
contemplado, qué medidas se han tomado para prever esto?
Solicitud Nº AH001W-0000496
2) Luego, el día 12 de Octubre de 2012, a propósito de la
lectura de algunas recomendaciones comunicadas a través de mails entre alumnos
y profesor, envié las siguientes preguntas:
Solicitud Nº AH001W-0000500
Como respuesta a ambas solicitudes (hicieron llegar solo una
respuesta doble, para ambas solicitudes) recibí el siguiente mensaje el día 19
de Octubre:
Alcances respecto del caso:
Ambas solicitudes fueron
respondidas al cabo de 5 días hábiles, así como derivadas. Nunca recibí respuesta
del nuevo destinatario.
II. Interpelación y respuesta.
Caso ministerio de minería.
1)
Alcances respecto del caso:
La solicitud fue respondida al
cabo de 20 días.
2)
Alcances
respecto del caso:
La solicitud
fue respondida al cabo de 18 días.
La solicitud
fue derivada a organismos presuntos “competentes” en esta materia. A la fecha
no he recibido respuesta alguna.
Nuevos antecedentes: El lunes
26 de noviembre recibí el siguiente documento como respuesta a la solicitud
derivada el día 12 del mismo mes:
3) Alcances finales respecto del ejercicio práctico de interpelación.
La transparencia pública o del aparato estatal entendida como el flujo de
información ágil y sin elementos obstaculizadores con la ciudadanía constituye
un ideal de nuestras sociedades y el paradigma democrático, resulta alentador y
deseable.
Durante el ejercicio práctico de interpelación a dos carteras del
gobierno me aproximé con nobles intenciones, confiando en las loables normas
que regulan este sistema. El ejercicio constituyó una experiencia satisfactoria
en cierta medida (expectativas), digo en cierta medida porque las preguntas
llegaron y fueron respondidas en los plazos establecidos por la ley (en algunos
casos en muy pocos días de acuerdo a la norma), con nombres, firmas y timbres
personales que entregan la confianza de saber con quién se establece el vínculo
fugaz.
Lamentablemente el sistema es defectuoso en otros varios sentidos, por
ejemplo, esgrime un concepto de transparencia y para poder acceder a él es
preciso ingresar una serie de datos (en la ley no hacen alusión a un sistema de
identificación para interactuar con el gobierno) que exceden la mera
identificación nominal del locutor y que sitúan a éste en una situación de
información desventajosa (además de la posibilidad de vulneración de privacidad
que el sistema introduce como casillas voluntarias de datos por completar)
respecto de quienes revisan las solicitudes e inician, cuando el caso lo
amerita, la cadena de “derivaciones” de solicitud, así como también de las
manos invisibles para quien envía la solicitud en que el documento pueda
terminar.
Además incurre en un sesgo cognitivo que asume la familiaridad de los
usuarios con plataformas virtuales como éstas. En teoría el sistema está hecho
para la participación de todos los ciudadanos, pero no se considera el hecho de
que no necesariamente todos los ciudadanos manejan los conocimientos necesarios
para interactuar con el sitio (que además está sobrecargado de información que
distrae muchas veces) o más aún, que no todos tienen acceso a la web (o a una
computadora)
Finalmente, un sistema que deriva solicitudes y que se extravían en esa
deriva, como es el caso de mis solicitudes, es bastante deficiente, poco serio,
irresponsable y vergonzoso.
Debo mencionar que recibí una respuesta respecto de las solicitudes
derivadas en el ministerio de minería. Se aprecia un esfuerzo por parecer
competentes en la materia, para finalmente sugerir la deriva de la solicitud al
CIMM.
Nanoescala y emergencia, una
relación de complejidad organizada
III
Me gustaría cerrar este ensayo – informe con una modesta reflexión
respecto de dos conceptos revisados en el curso y relacionados entre sí por una
relación de complejidad organizada. Así como con un avance que tiene el mérito
de intentar hacer “conversar” disciplinas o ciencias, presentando algunas
conexiones teóricas desde las ciencias sociales con los fenómenos de la
nanociencia.
En la nanoescala toman curso resultados diferentes a los que rigen el
mundo que podemos percibir y desde el que recreamos nuestra existencia como
especie. Una cita de uno de los blog revisados en el curso es reveladora en
éste sentido:
“Para comprender los alcances y el potencial de la
nanotecnología es clave saber que en la nano escala (por debajo de los 100
nanómetros) las propiedades de un material cambian drásticamente. A esos
cambios inesperados se les llama “efectos cuánticos”. Al reducir el tamaño sin
cambiar la sustancia, los materiales
presentan nuevas propiedades como conductividad eléctrica, elasticidad, mayor resistencia, cambio de color y mayor reactividad —características que las mismas sustancias no presentan en escalas mayores (micro o macro). Por ejemplo:
•
presentan nuevas propiedades como conductividad eléctrica, elasticidad, mayor resistencia, cambio de color y mayor reactividad —características que las mismas sustancias no presentan en escalas mayores (micro o macro). Por ejemplo:
•
El carbono en la forma de grafito (como en los lápices) es
muy suave y maleable, pero en la nano escala puede ser más fuerte que el acero
y seis veces más ligero.
El óxido de zinc generalmente aparece blanco y opaco, pero en la nano escala se vuelve transparente.
El aluminio — del que están hechos los envases de varias bebidas— presenta combustión espontánea en la nano escala y por eso podría usarse como combustible para los cohetes.”[1]
El óxido de zinc generalmente aparece blanco y opaco, pero en la nano escala se vuelve transparente.
El aluminio — del que están hechos los envases de varias bebidas— presenta combustión espontánea en la nano escala y por eso podría usarse como combustible para los cohetes.”[1]
Es interesante notar cómo los fenómenos reportados por la
nanoinvestigación articulan de forma perfecta con los fenómenos sociales y
culturales que vivimos en la cotidianidad y que podemos observar en
retrospectiva al revisar libros, crónicas y descripciones de ciudades por
ejemplo, en términos de sistemas emergentes de complejidad organizada,
parafraseando a Steven Jonson, eso que le es común a “ciudades, culturas,
neuronas y nanoescala”
Así como la creación de los barrios, la recreación de una sociedad (que
incluye el significar barrios, entre otras cosas) implica procesos de
recurrencia en el tiempo, en términos de Giddens, recursividad de los fenómenos
recurrentes, que permiten la estructuración de una sociedad al tiempo explican
y reconocen la importancia individual de las decisiones de las células que
movilizan estos procesos, es decir, los agentes (se le restituye a las personas
su capacidad de agencia mutilada por la teoría social del siglo XX, como el
estructuralismo; no son meros receptáculos de la cultura, sino que también en
su conjunto son reproductores de renovadas formas o patrones más o menos
estables que en su relación constituyen un sistema sociocultural) Al igual que
en el caso de la colonia de hormigas granívoras o las prácticas homosexuales
recurrentes en Oxford Road reportadas por Steven, la teoría de la
estructuración o agencia ofrece un paradigma que reconoce en las células que
articulan el sistema y su actuar en conjunto la emergencia de una complejidad
organizada, donde la fuerza de gravedad de la cultura, entendida en términos
geertzianos como “estructuras de significación socialmente establecidas”,
mantiene los niveles socioculturales de entropía dentro de los rangos normales
en una campana de Gauss; el sentido común local a la base de un modo de vida
local en una relación de influencia recíproca.
Finalmente los fenómenos que ocurren en la nanoescala, así como los que
ocurren en la cultura y sociedad, están conectados por una misma relación
compleja, que es la de complejidad organizada; mientras el carbono es rígido y
resistente en la nanoescala, en la forma de grafito (como en lápices) resulta
maleable; mientras Oxford Road significaba un lugar de encuentros homosexuales
que respondían a prácticas recurrentes, informales e incubiertas, con el paso
del tiempo fue concebido y significado, establecido formalmente, como un
lugar asociado a la habitación y
encuentros de tipo homosexual.
Fuentes
III.
Bibliografía
- Bohanan, Paul y Glazer, Mark (1993) Antropología. Lecturas. Segunda
edición. Madrid, España.
- Capra, Fritjof (1992) El punto crucial. Editorial y
estaciones, Argentina.
- Geertz,
Clifford (1994). Conocimiento local Ensayos sobre la interpretación de las
culturas. Ediciones PAIDOS, Barcelona.
- Geertz, Clifford
(2003) La interpretación de las culturas. Editorial Gedisa, Barcelona.
- Giddens, Anthony (1998). La constitución de la sociedad: bases para la teoría de la estructuración. Amorrotou Editores, Argentina.
-
Harris, Marvin (1997) El desarrollo de la teoría antropológica. México. Siglo
XXI editores.
-
Johnson, Steven (2001) Sistemas emergentes. O qué tienen en común hormigas,
neuronas, ciudades y software.
Webgrafía
-
http://www.nexusnoon.blogspot.com/
-
Para revisión de ley de transparencia: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=241331
-
Para revisión de productos desarrollados con
nanotecnología: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0188-45572009000200007&script=sci_arttext
-
Para revisión de antecedentes respecto de las
relaciones laborales y el concepto de “trabajo” durante la revolución
industrial: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68512009000100004&lang=pt
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